En el Ministerio del Interior y Seguridad Pública, específicamente en la Subsecretaria del Interior, acaba de nacer la División de Estudios de la Subsecretaría, al mando del ex – fiscal de la zona sur, Alejandro Peña.
Dicha división posee tres departamentos: uno sobre crimen organizado, otro de orden público, y uno de proyectos. Según información del diario La Tercera[1], el Departamento de Orden Público será el encargado de la elaboración y desarrollo de estrategias orientadas a la mantención del orden público. Y para este 2011 tiene como desafío […] el levantamiento de información de orden público, como catastros de conflictos de todo tipo y huelgas en general, en coordinación con gobernaciones e intendencias.
Muchas interrogantes surgen del inédito hecho político que un ex integrante del Ministerio Público pase a formar parte del Ejecutivo.
¿En qué está pensando el Gobierno cuando pone en una misma división el combate al crimen organizado con la vigilancia de los conflictos sociales?, ¿Se deberá a que se ocuparán las mismas tácticas para su combate/vigilancia? ¿O para el Gobierno el organizarse para traficar drogas posee el mismo cariz que el llamado de las distintas agrupaciones y políticas a manifestaciones o marchas?
Esta división posee claras características para denunciarla como una verdadera policía política a las agrupaciones sociales y políticas. El Gobierno está dando muestra de imaginarios fascistas en su visión de cómo se relaciona el Ejecutivo con la sociedad civil.
¿Cuáles serán los accionares de esta entidad? ¿Trabajará en vinculación con la ANI, la PDI? ¿Serán cuadros propios, reclutados políticamente, los que realicen las acciones? ¿Se conformarán con visitar las páginas webs o buscarán información al interior de las organizaciones? ¿Se infiltrarán en los movimientos sociales? ¿Tratarán de disputar la conducción mediante el financiamiento a determinados sectores y métodos conspirativos?
No olvidemos que entre las pruebas del caso bomba –Investigación dirigida por el ex – fiscal Peña- se encontraba el libro El Arte de la Guerra de Sun Tzu y algunos CDs de música. Personalmente tengo ese libro y junto a él Los Escritos Militares de Trotsky, la Guerra de Guerrillas de Ernesto Guevara, por mencionar solo algunos. Y estoy seguro que muchos dirigentes estudiantiles poseen libros similares. ¿Se cae así dentro de la categoría enemigo del Estado?
¿Cuál debe ser la actitud del conjunto de las agrupaciones sociales ante esta extraña situación?
Claramente acá estamos ante más preguntas que respuestas.
Se hace absolutamente necesario exigir transparencia e información.
