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viernes, 21 de octubre de 2011

Tecnocracia, Autoritarismo y Gremialismo


¿Qué tienen en común la creación de una comisión de expertos para elaborar las políticas públicas de educación, la fuerte represión con la que ha actuado el Gobierno para enfrentar la movilización social y la desidia constante de los líderes de la derecha hacía los actores movilizados, especialmente sus rostros visibles?

Todas ellas son expresiones del fuerte contenido ideológico con que el Gobierno asume las actuales movilizaciones.

Los “pragmáticos” de la derecha al parecer han fracaso. Chile vive actualmente una beligerencia social, material y simbólica, de parte de una multiplicidad de actores y el Gobierno se esmera en seguir defendiendo, resguardando e incluso profundizando, la visión neo-liberal de cómo concebir la educación y la enseñanza al interior de nuestra sociedad.

El Gobierno ha diseñado una estrategia de resistencia que, al parecer, combina de buena forma la tecnocracia, la violencia y la ideología gremialista.


La comisión de “expertos” y el paradigma de la tecnocracia

Uno de los mitos fundacionales de la hegemonía neo-liberal fue la idea del fin de la historia. Según ella, la mercantilización de los derechos sociales debía estar acompañada de un fin de lo político, de un fin de la discusión al interior de las sociedades sobre cómo administrar los bienes sociales. Todo ahora debe estar en manos del mercado –imparcial y auto regulado- y, por tanto, son debates técnicos y por ningún motivo políticos, los que lograrían solucionar los problemas sociales.

Pese a que Chile aun sigue siendo el paradigma y el bastión neo-liberal por excelencia, en nuestro continente hace ya bastantes años se inició un proceso (a distintos ritmos) de abandonó de las políticas neo-liberales. En su reemplazo, se avanza en lógicas progresistas orientadas a garantizar los derechos sociales, a recuperar la soberanía del pueblo sobre los recursos naturales y conteniendo una profunda desconfianza a que el mercado podrá por sí solo, garantizar equidad, bienestar social, crecimiento y desarrollo.

Ya no cabe duda que no hubo nada más falso que el fin de la historia (su propio autor declinó de su tesis). Los debates al interior de las sociedades continúan siendo políticos. Lo técnico no es más que una derivación secundaria, que debe ser posterior al momento de tomar los acuerdos políticos.

Que el Gobierno de Chile convoque a un comité de “expertos” para que desde ahí emerjan las propuestas de políticas públicas sobre educación, no es más que una demostración que la derecha gobernante no permite que desde la organización de la sociedad civil puedan surgir disensos políticos. Ellos quieren GOBERNAR por sí solos, y exclusivamente bajo su mirada ideológica, permitiendo que se exprese la opinión pública solo de un modo consultivo. Ellos desean que la soberanía no descansé en la ciudadanía sino que tan solo en los pasillos de palacio.

Dichos “expertos” no son más que técnicos del neoliberalismo que vienen a limpiar una decisión política previamente definida, está es: no transar con las organizaciones sociales. Generarán una propuesta “técnica” a imagen y semejanza de la ideología de quienes hoy gobiernan el país, despojándose de su autonomía como intelectuales. ¿Cree el Gobierno acaso que tras las propuestas estudiantiles no existen propuestas sobre cómo aplicarlas técnicamente y técnicos que las respalde? , ¿o cree acaso, que la capacidad de elaborar políticas públicas la poseen solamente ellos? Esto no es así, y claramente acá la derecha chocará con una pared, pues la ciudadanía se dará cuenta de tan baja maniobra y dicho comité de “expertos” no tendrán ninguna legitimidad para hacer cursar sus propuestas.

La peor cara de la derecha: la represión y el autoritarismo

De todas las máximas que posee la concepción del Estado moderno, hay una que la derecha tiene muy clara y que jamás olvida: el Estado posee el monopolio del uso “legítimo” de la fuerza.

A tal grado ha llegado el fracaso político de la derecha para enfrentar este conflicto social, que su principal respuesta está siendo la represión. Durante los meses de movilizaciones, existen tantos antecedentes de uso indebido de la fuerza, de represión, de tortura por parte de Carabineros, que es ya evidente que dichos hechos no responden a decisiones aisladas de un carabinero o un cuartel. La represión en estas movilizaciones, han sido una decisión de Estado, donde la responsabilidad política del ministro del interior, Rodrigo Hinzpeter, está absolutamente comprometida.

El asesinato de Manuel Gutiérrez; el secuestro y detenciones ilegales de estudiantes; las acusaciones de tortura en Santiago, Valparaíso, Concepción, Temuco, Punta Arenas; el allanamiento de casas sin autorización judicial (a, por ejemplo, la alcaldesa de PAC); las irregularidades en los procedimientos de desalojo, son hechos que tiñen y caracterizan el actuar de Carabineros.

El Gobierno ha defendido la represión, solo se atrevieron a intervenir ante un asesinato flagrante, pero frente al resto de los gravísimos hechos ha cursado la impunidad. Incluso han cuestionado el criterio de los jueces por no acompañar su política de persecución y criminalización del movimiento.

Se hace sumamente necesario, que el movimiento social tome con mayor prioridad la disputa judicial, para denunciar el accionar del Gobierno y su política represiva. Esta disputa que debe ser llevada a tribunales tanto del plano nacional como internacional, será de largo aliento y servirá de antecedente de las otras luchas que dará la sociedad chilena. Puesto que hoy estamos hablando de la movilización por recuperar la educación pública. Pero luego vendrá la de recuperar la salud, la vivienda, los recursos naturales, la previsión y ante todas ellas el Gobierno puede reaccionar con el mismo nivel de violencia. Es ahora y no mañana cuando debemos iniciar el proceso de denunciar la violencia del Estado y exigir que se asuman las responsabilidades individuales.

Todo se tiñe de Gremialismo

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, aseguró que la presidenta de la FECH y vocera de la Confech, Camila Vallejo,  “ha actuado bastante más como una líder político que como una líder estudiantil”.
A ello el secretario de Estado agregó que ha visto a Vallejo  en marchas “que no tienen nada que ver con el mundo estudiantil, en marcha de la salud, por ejemplo".
En opinión del jefe de gabinete, "cuando uno es dirigente de los estudiantes, tiene que ser 100 por ciento, 24 horas al día dirigente de los estudiantes", reprodujo radio Cooperativa.
Para Hinzpeter, si Camila Vallejo “quiere optar  por la política, hay que ser honesto con los estudiantes y decirles: 'yo no tengo el tiempo ni la disposición para estar 100 por ciento dedicado a las demandas estudiantiles, porque me quiero dedicar a la política'". (f: terra)
El Gobierno no solo busca imponer su agenda ideológica a ultranza y sin diálogo democrático. Junto con ello, pretenden imponer su visión de lo sociedad al conjunto de la ciudadanía.
La división entre dirigencia estudiantil y dirigencia política, responde a la idea gremialista de la independencia que deben poseer los grupos intermedios de la sociedad respecto a los debates políticos. Los jóvenes gremiales –futuros militantes de la UDI- presentan sus listas a las federaciones, vanagloriándose de su independencia, que no utilizarán sus cargos de representación para fines políticos y en los pocos casos de éxito, desvían la atención de las discusiones nacionales impidiendo que los estudiantes puedan ser actores incidentes del acontecer nacional.
Algo que caracteriza los momentos de consolidación de un descontento social y un deseo de cambio en los sectores mayoritarios, es el abandono de las ideas reaccionarias y el reemplazo por ideas que sirvan para impulsar los cambios sociales.
La lucha por el cambio al sistema de educación, es una arista de un conflicto social mucho más agudo que dice relación con la desigualdad y la vergonzosa concentración de la riqueza en el país. El movimiento por el fortalecimiento de la educación pública jamás habría llegado a los niveles de respaldo y masividad si no hubiera ido de la mano con un cambio cultural en la sociedad chilena que se expresa en una toma de conciencia de los constantes abusos que se viven a diario por el hecho de una vivir en una de las sociedades más desiguales del mundo.
El movimiento ha sido transversal, amplio e integrador y el Gobierno no ha hecho otra cosa que acusarlo de sobre ideologizado. Sin reparar en el hecho que las propuestas estudiantiles siguen gozando de más de un 80% de aprobación.   

¿Y ahora qué?

Desmenuzar la lógica con la que actúa el Gobierno nos debe servir para un objetivo: tener más herramientas con las cuáles podamos acercarnos a un triunfo. El profundo cambio cultural que ha experimentado la sociedad chilena debe servirnos de ante sala para lograr cambios radicales en la chilena: acabar con su mercantilización, fortalecer el sistema público, acabar con el lucro, impulsar la democratización de los planteles educativos.

Los movimientos sociales hemos dado pasos gigantes este año. Vuelve el pueblo de Chile a tener esperanza de lograr un triunfo y generar un cambio social.

Sin embargo, la derecha se ha vuelto un hueso duro de roer. A su ya tradicional poder económico y comunicacional se le suma el poder político y la represión que implica sentarse en el Gobierno. Características muy particulares complejizan y hacen muy cuesta arriba nuestro camino. Ante esto, mayor reflexión, mayor unidad y disposición de avanzar debemos demostrar.

El camino que nos llevará a recuperar la educación pública para Chile, es al parecer aun largo y lleno de obstáculos. Resguardar la masividad y continuar presionando al Gobierno se vuelve indispensable ante sus ofensivas tecnocráticas y autoritarias; generar aprendizaje fruto de la reflexión de lo que hasta ahora han sido nuestras movilizaciones este año se vuelve una obligación.

martes, 20 de septiembre de 2011

La educación y las actuales movilizaciones en Chile: ¿Hacia una reforma más profunda de la sociedad chilena?

Hace unos días atrás me contactaron desde Bélgica consultándome si les podías enviar un artículo en el cual intentara dar cuenta de antecedentes y proyecciones de nuestras movilizaciones, para una revista estudiantil. Accedí con gusto y me puse a trabajar en ella. Agradezco a Rebeca quien me ayudó a traducirla al inglés. Quiero dejarles la versión en español de dicho texto.

La crisis de la educación chilena no surge de manera espontánea. Ya el 2006 los estudiantes secundarios dieron la alerta en la llamada revolución pingüina. La clase política no quiso escuchar y optó por dar una salida que implicaba una profundización del modelo mercantil educacional. Hoy, cinco años después, las movilizaciones vuelven a hacer latente la crisis y han pasado de cuestionar el sistema educacional al sistema democrático del país en su conjunto.

Para ayudar a la comprensión de lo que aquí sucede, quisiera hacer una breve descripción de los principales hitos sobre los cuales se ha erigido el sistema educacional chileno y como su transformación se ha convertido en un potencial detonador de transformaciones profundas de un país que hasta poco se vanagloriaba de considerarse el jaguar de América Latina.

Antecedentes del sistema educacional chileno

En 1981 se sientan las bases del sistema educacional chileno.

En el ámbito escolar la educación pública es traspasada desde el Estado a los municipios. El financiamiento fiscal se realiza mediante el sistema Vaucher, donde colegios tanto públicos y privados (en los cuales el lucro está permitido) reciben recursos públicos según la asistencia de los estudiantes.

A nivel universitario, el Estado deja de otorgar gratuidad a los estudiantes, dando inicio al sistema de crédito para financiar la educación superior. Además, el Estado abandona la formación técnica, disminuye considerablemente el presupuesto a sus Universidades y se permite la apertura de nuevas universidades que, pese a que tienen prohibido el fin de lucro, han encontrado mecanismos para hacer de la formación profesional un suculento negocio.

Existen más de 60 universidades. La mayoría solo imparten docencia, abandonando por completo la investigación y la extensión como labores del quehacer universitario. Para ejemplificar lo desregulado que es nuestro sistema, la normativa vigente hace más difícil poner una botillería que abrir una Universidad.

Todas estas profundas transformaciones se hicieron durante una de las dictaduras más sanguinarias de Latinoamérica, en esos grises años de nuestro continente.

El debate por la educación durante los Gobiernos de la Concertación

El retorno a la democracia trajo consigo altas expectativas que lamentablemente se vieron truncadas. Bajo la promesa de generar reformas sociales y democráticas en la medida de lo posible, se consolidó el modelo neo-liberal en base a una política de los acuerdos entre la gobernante Concertación y la Alianza por Chile pinochetista.

En los años 90’ el movimiento estudiantil privilegió movilizaciones al interior de las Universidades con el fin de democratizarlas. Estas generaron una participación activa de la comunidad universitaria, pero solo pudieron cuestionar aspectos al interior de las Universidades y no la relación de estas con el Estado.

En los años venideros adquieren fuerza las movilizaciones que exigían mayores beneficios para los estudiantes y el mejoramiento de las Universidades Públicas. Estas si bien lograron poner más de una vez en jaque a las administraciones concertacionistas, no tuvieron la capacidad de levantar demandas políticas más estructurales.

Fue el año 2006, cuando los estudiantes secundarios logran poner con mayor fuerza la grave crisis de una educación de mala calidad y altamente desigual. Los más de treinta años de desregulación aumentaron la cobertura del sistema, pero a costa de una alta segregación social. Los chilenos nos educamos en ghetos sociales: los ricos con los ricos y los sectores populares solo quedan con acceso a la educación más precarizada, con una nula integración social. La educación no solo no nos ayuda para combatir las desigualdades (Chile es uno de los países más desiguales del mundo) si no que las reproduce y acrecienta.

La llegada de Piñera y la ampliación en las correlaciones de fuerza

El retorno de la derecha al Gobierno acaba la excusa del quisiéramos avanzar más pero el sistema político no nos deja. En el primer año de la administración Piñera estuvimos conmocionados por el terremoto y maremoto del 27 de febrero, lo cual condicionó los debates públicos.

Este 2011, sin esa presión de por medio, el movimiento estudiantil pudo desplegar con fuerzas sus demandas, las cuales nacen fruto de años de discusiones y álgidos debates. Se sumó el Colegio de Profesores, la comunidad universitaria, los estudiantes secundarios. Todos ellos con sus propias agendas y reivindicaciones, orientadas a fortalecer la educación pública en desmedro de la mercantilización y el lucro.

Paulatinamente la opinión pública se inclina hacia nuestro favor cada vez con más fuerza y dejando en una posición de absoluto aislamiento al Gobierno. Hoy los estándares de desaprobación al Gobierno son los más altos desde el retorno a la democracia y han dejado consternada a una administración que no genera empatía con la ciudadanía.

¿Y ahora qué?

Si Chile fuera un país realmente democrático nuestras demandas estarían satisfechas, pues más de un 75% de la población las respalda. Se ha generado un cambio cultural en nuestro país. Se acabó un conformismo que nos caracterizó por muchos años. Los chilenos ven en la movilización estudiantil una oportunidad para levantar sus banderas, en contra de un sistema que se sustenta en base a una profunda desigualdad económica y social.

Demandas como plebiscitar las propuestas de los estudiantes, iniciar un proceso para una asamblea constituyente, financiar la educación mediante la nacionalización de nuestros recursos naturales empiezan a sentirse con fuerza en nuestra sociedad. Estos debates requieren una proyección más allá de la coyuntura de las movilizaciones y deben apostar a consensuar posturas mayoritarias.

Es un desafío enorme que va mucho más allá de las demandas educacionales, pero del cual tenemos que hacernos cargo y ponernos a disposición de refundar Chile: a despojarlo de todas las herencias pinochetistas que aún perduran y construir un país democrático, soberano y de justicia social.

martes, 30 de agosto de 2011

Que la proyección de nuestras movilizaciones sean la dignidad para Chile

Las actuales movilizaciones en Chile que han centrado sus demandas en la recuperación de la Educación Pública permitieron cuestionar aspectos estructurales de la sociedad chilena. Herencias pinochetistas que una transición pactada estuvo lejos de aspirar a derribar hoy empiezan a ser cuestionadas por el conjunto de la sociedad chilena. Lo que se inició como las protestas estudiantiles por mejoras en el sistema educativo, hoy permiten proyectar un proceso de acumulación de fuerza que se dirija a generar un nuevo acuerdo social, con base democrática y participativa, que se preocupe de acabar las enormes desigualdades presentes en nuestra sociedad.

Tuvieron que pasar más de 20 años desde el retorno de la democracia para que se desencadenara un proceso de movilización que pudiera ir más allá de demandas sectoriales y pasara a aspirar cambios estructurales de fondo. La Concertación de Partidos por la Democracia, que gobernó durante 20 años, no hizo retroceder las embestidas neo-liberales del pinochetismo, sino que las perpetuó, las profundizó y les dio un barniz democrático.

Por eso cuando hoy el pueblo chileno sale hoy a las calles gritando “y va a caer la educación de Pinochet” aflora la fuerte frustración que produce mantener vigentes normativas de la dictadura que de forma tan mañosa y bien pensada aparecen como cerrojos imposibles de vencer. La actual lucha por la educación pública, de ser exitosa, puede transformarse en la primera victoria que le propicia el pueblo de Chile al sistema económico social vigente basado en la desigualdad y exclusión social.

Las últimas jornadas de protesta han dado cuenta de la amplitud, masividad y radicalidad con las cuales el pueblo de Chile se ha manifestado. Vivimos momentos de gran algidez y confrontación social. Acusaciones de tortura policial a estudiantes que se manifiestan recorren el país y un Gobierno acorralado socialmente debe hacerse ahora cargo de la violencia empleada.

Estamos ad-portas de una reunión entre todos los actores sociales que han sido protagonistas de estas movilizaciones con el Presidente de la República. Claramente esta es una instancia que genera expectativas y que obliga al movimiento social a actuar de manera responsable. La exigencia de garantías ha sido clave para que dicho diálogo permita dar salidas al conflicto en dirección a recuperar la educación pública y no en profundizaciones al modelo neo-liberal con la existencia de la letra chica siempre presente en los proyectos de ley que nacen del actual ejecutivo.

Es en esta coyuntura que debemos empezar a delinear cuáles van a ser las estrategias a mediano y largo plazo que van a poder concretar una apertura democrática que en base a la participación conquiste un nuevo pacto social. La idea de un plebiscito y la demanda por una asamblea constituyentes implican herramientas fundamentales para proyectar la lucha que el movimiento por la educación ha desencadenado.

Fundamental resulta para dichos objetivos la reconstrucción del tejido social necesario para que como sociedad podamos conquistar una institucionalidad más democrática. Esto debe implicar un esfuerzo de todos los sectores movilizados en convocar a nuevas organizaciones sociales que han nacido al alero de esta lucha, así como también la coordinación y el trabajo con organizaciones ya existentes que requieren de un impulso para que asuman el desafío de un cambio social estructural acorde al cuestionamiento profundo que se le ha hecho a la institucionalidad democrática chilena vigente.

Resulta difícil de asimilar que luego de una lucha tan intensa contra la dictadura, en la que cayeron en las manos represoras del Estado hombres y mujeres de gran valor y convicción por la tarea de recuperar la dignidad de nuestro pueblo, haya tenido que pasar tantos años para que Chile nuevamente asuma una predisposición para hacer cambios profundos. Pues ahora estamos en la coyuntura para derribar la educación de Pinochet, pero siguen como vacas sagradas el sistema de salud, el de pensiones, la propiedad de los recursos naturales y de sistema político absolutamente vigentes y perpetuando una lógica de exclusión social.

Una hoja de ruta, un programa de cambios sociales, es la próxima tarea que debemos empezar a impulsar desde la base de la movilización social. Instancias como las asambleas ciudadanas que se esparcen por todas las regiones del país han demostrado que existe una inquietud por ampliar los niveles de organización. Es necesario que dicha inquietud supere los debates sobre la educación y proyecte las próximas luchas por democratizar Chile.

Chile se puso ya una vez los pantalones grandes, logremos todos que este despertar reconquiste la dignidad de Chile, la igualdad, la justicia social y una real democracia participativa.

lunes, 8 de agosto de 2011

La derecha sacó las garras y el pueblo las cacerolas

Reprimir fuertemente las movilizaciones del 4 de agosto implicaba un alto costo político para el Gobierno que estuvieron de ante mano dispuestos a pagar.

Ser criticados por una represión violenta, tanto a nivel nacional como internacional, abría una debilidad pero permitía mostrar una fortaleza: el Gobierno (quizás no con los mejores métodos) estaba demostrando el principio de autoridad ante un movimiento radicalizado y debilitado; estaba imponiendo el orden, pues el movimiento ya iba a la baja y lo que la ciudadanía reclama es el fin del conflicto.

El llamado de las cacerolas que por redes sociales se convocó a las 21:00 empezó mucho antes a aguarle la fiesta al Gobierno.

La gran masividad de una forma de expresión de manifestación abandonada desde la dictadura le permitió al movimiento por la educación pública nuevamente salir vencedor luego de una de las jornadas más violentas que ha tenido Chile los últimos años. La derecha gobernante, sin capacidad de reacción seguía su pauta pre-definida no reparando en el ruido de las cacerolas. Zalaquett, por ejemplo, el jueves en la noche, defendía la represión argumentando que la tranquilidad era el deseo de la mayoría de los vecinos de Santiago y tras sus palabras se escuchaba el metálico sonido que caracterizó el fin de una jornada histórica.

¿Cómo proyectar la lucha luego de tan álgido día?

El escenario social del país se encuentra en un estado de gran complejidad que, claramente, no permite que ningún iluminado venga a dar cátedra de cuáles son los siguientes pasos a dar. Pero sí es preciso, como insumo a una necesaria discusión, hacer una reflexión con algunos elementos relevantes.

La derecha ya definió la vía de mayor represión y de imponer el principio de autoridad al precio que sea. Lo que viene a futuro no es chiste. Violencia, detenciones, seguimientos, amenazas continuarán con su espiral ascendente. Novoa ya lo señaló: Si se va a gobernar con ideas ajenas para obtener un 26% de apoyo, yo prefiero gobernar con nuestras ideas y quedarme con el 36%. Ante esto se hace sumamente necesario que el movimiento estudiantil se concentre en continuar en su lógica de convergencia con el mayor número de actores y de resguardar el apoyo ciudadano. La fisura, el estancamiento o la desaprobación, resultan fatales en el momento político que nos encontramos

Además, pese al grado de alta ingobernabilidad en que nos encontramos y, por tanto, de pérdida de credibilidad del Gobierno tanto al interior del país como internacionalmente, la derecha no ha querido dar concesiones estructurales en cuanto a reformas en la educación superior. Los intereses en dicho sector -tanto económicos como ideológicos- son de tan alta envergadura que se ha preferido el nivel de algidez al que hemos llegado antes que realizar cambios sistémicos orientados a fortalecer la educación pública en desmedro de la lógica mercantil. En este sentido, el Gobierno prefiere seguir inflando el conflicto hasta que explote antes que dar respuestas orientadas a descomprimirlo.

Aunque el actual movimiento trasciende con creces lo meramente educacional, existe ahí un foco que no podemos abandonar por las demandas mayores, las cuales evidentemente también tenemos que atender. Sin embargo, el salto cualitativo, del cual existe gran consenso que realizó este movimiento, no debe entenderse contrario a la necesidad de seguir buscando el giro que debe experimentar la forma en que se imparte la educación en Chile y la preocupación que debe tener en esto el movimiento estudiantil.

Producto de la necesidad de lograr nuestros objetivos y obtener ganadas concretas para este movimiento por la educación, se desprende la idea de un plebiscito, el cual es una herramienta que debe ser impulsada con fuerza por todos los actores de la educación, sobre todo apuntando a aquellos elementos en el cual el ejecutivo no estará dispuesto a dar concesiones. Pero esto no puede llevarnos a dejar solo en manos del plebiscito la salida del actual conflicto, pues este es solo un instrumento de expresión del sentir ciudadano y no una estrategia de recuperación de la educación pública o de solución de los macro objetivos levantados por el movimiento, a saber, los cambios estructurales en la forma en que se toman las decisiones en el país y en cómo se distribuye la riqueza aspirando a mayor igualdad. Estos son los aspectos de fondo que no pueden ser invisibilizados ni por el Gobierno (a través de un ordenamiento de los poderes fácticos que permita un aislamiento del movimiento y sus actores) ni por quienes ven en este conflicto la oportunidad de dar un salto en sus niveles de reconocimiento y adhesión, lo cual, por cierto, es absolutamente legítimo y saludable.

Asimismo, es importante tener en cuenta los procesos que se viven al interior de la Concertación. Nos guste o no nos guste son un actor relevante dentro del escenario político del país, por ende, es preciso contar con elementos de lo que pasa al interior de dicho conglomerado. Las tensiones son a todas luces evidentes, el plantón que le hicieron los presidentes de la Concertación a Piñera, además de ser un hito inédito en la historia de Chile, si bien permitió consolidar el aislamiento en el que se encuentra el Gobierno, generó mucho conflicto interno. Existen amplios sectores de este conglomerado deseosos de reeditar la política de los acuerdos y junto a ello conviven sectores disponibles para dar luchas democratizadoras e impulsar iniciativas para recuperar la educación pública. Si a esto le sumamos el oportunismo que ha caracterizado su accionar durante el conflicto, evidencia que es un actor que puede fluctuar y alterar las correlaciones de fuerza generadas. Cincuenta y dos Diputados, la mayoría concertacionistas, se plegaron al documento bases para un acuerdo social, hecho no menor, pero insuficiente en las correlaciones de fuerza que existen hoy en el Congreso y que se requieren para un triunfo del movimiento y sus demandas, lo cual nos indica que son un actor susceptible de presión y al cual no debemos obviar para impedir que en un golpe de timón nos den la espalda.

Por otra parte, estamos adportas de enfrentarnos a las que debieran ser una de las mayores jornadas de movilización y paralización productivas de los últimos años, bajo la convocatoria a Paro Nacional para el 24 y 25 de agosto hecha por la CUT y, a la cual, como estudiantes y movimiento no solo debemos adherir en lo testimonial, sino también debemos dotarla de contenido con nuestra lucha, tanto en los político, como en la expresión callejera de la misma, con grandes expresiones de creatividad y masividad.

Es evidente que el escenario político posee una complejidad no menor. Creo que estos son algunos de los elementos más relevantes a considerar para proyectar la lucha que estamos librando. La convicción ha caracterizado nuestro accionar el cual nos ha permitido llevar este movimiento a una coyuntura inimaginable. Sigamos avanzando en unidad, con masividad y en un permanente estado de alerta y discusión.

sábado, 6 de agosto de 2011

“O Movimento Estudantil deve levantar uma voz política que reclame por mudanças sociais

Quisiera compartir con ustedes una entrevista que di a unos compañeros de Brasil, muy interesados en como se han dado nuestras movilizaciones.

Entrevista com José Manuel Morales, da Federação de Estudantes da Universidade do Chile (FECh).

Por Joana Salém Vasconcelos.

Colaboradora da Secretaria de Relações Internacionais do PSOL

De Santiago do Chile.

Meu nome é Jose Manuel Morales, eu sou o encarregado de finanças da FECh (Federação de Estudantes da Universidad de Chile), e também sou senador universitário do Conselho da Universidad de Chile, que é um órgão tripartite, colegiado, com função normativa na universidade.

JSV – Faz quanto tempo que a educação pública chilena não é gratuita?

JMM – A reforma que eliminou a gratuidade foi feita em 1981, sob a ditadura. Eliminou-se grande quantidade dos recursos que iam para as universidades estatais, se autorizou a criação de universidades privadas novas, e criou-se o sistema de crédito “Solidário” como forma de pagamento da educação. É nesse ano que se fez a grande reforma educacional que eliminou a gratuidade do ensino superior.

JSV – Em média, quanto custa um curso universitário e quais são as opções de pagamento?

JMM - O preço varia bastante, é bem heterogêneo. Uma graduação muito cara, uma das mais caras que existe, pode chegar a custar 4 milhões de pesos ao ano [aproximadamente R$ 16 mil ao ano]. Até as carreiras técnicas, mais baratas, que podem custar 500 mil pesos ao ano [aproximadamente R$ 4 mil ao ano]. Esses são os dois extremos. Minha graduação em Sociologia na Universidad de Chile, por exemplo, custa 2,19 milhões de pesos ao ano [aproximadamente R$ 8.760 ao ano].Há dois sistemas de crédito para pagar o curso. Um deles é restrito às universidades do CRUCh [Conselho de Reitores das Universidades mais antigas, sendo 16 estatais, 6 católicas e 2 privadas], ou seja, às universidades tradicionais que são aquelas que existem desde antes da lei de 1981. Esse sistema se chama Fundo Solidário, e tem uma taxa de juros de 2,6%. Essa taxa é mais amigável que o outro sistema, que é o “crédito com aval do Estado”. Esse outro crédito é um fundo que surgiu em 2005, vale tanto para as universidades tradicionais quanto para as universidades novas, e tem uma taxa de juros bastante onerosa, de 6%. Além disso, existem vários sistemas de bolsas de estudo, todos concentrados nas duas faixas socioeconômicas mais baixas. O sistema de ajuda nacional divide a população em cinco faixas segundo o nível de riqueza. Como o sistema de bolsas se concentra nas duas faixas de menor renda, um setor importante da população de classe média, que pertence às terceira e quarta faixas, fica desprotegido.

JSV- Ou seja, a ampla maioria tem que pagar para estudar...

JMM – A maioria tem que pagar.

JSV – O movimento que se fortaleceu este ano é herdeiro da revolução dos pingüins em 2006. Você acha que daqui a alguns anos o movimento pode voltar ainda mais forte?

JMM – Sim, e isso pode ocorrer em pouco tempo. As diferenças desse movimento em relação ao movimento de 2006 são, primeiro, que agora há mais atores, não somente os estudantes, mas também intelectuais, trabalhadores, professores... A cidadania em seu conjunto se agregou ao movimento. E a segunda diferença é que além de questionar o sistema educacional, o movimento questiona aspectos estruturais da sociedade em seu conjunto. Então, estamos diante de um movimento que, se bem planejado, pode afetar a forma de entender a democracia e as desigualdades no interior do Chile.

JSV – Como está a articulação dos estudantes com os mineiros do cobre? O que vocês estão planejando fazer na greve nacional dos mineiros marcada para os dias 24 e 25 de agosto?

JMM – Os trabalhadores da CODELCO, que é a empresa nacional do cobre e representa 25% da exploração de cobre de todo país (o resto é privatizado), conseguiram realizar uma paralisação nacional de um dia em todas as unidades, e foi um golpe muito forte contra o governo como medida de pressão. Eles mesmos [os trabalhadores] reconhecem que não teriam conseguido essa paralisação se os estudantes não tivessem tocado em temas de fundo como a nacionalização do cobre. Existe uma forte coordenação principalmente com a Central de Trabalhadores, que representa todos os sindicatos do país.

JSV – Nesse contexto, qual você pensa ser o papel do movimento estudantil na sociedade?

JMM – São dois papeis paralelos. Por um lado, canalizar as demandas da categoria, as reivindicações dos estudantes com respeito a bolsas, pagamentos, ou seja, problemas que surgem da condição própria dos estudantes. E por outro lado, levantar uma voz política que reclame por mudanças sociais. Esse movimento atual tem uma demanda política, e o governo nos criticou muito por isso. Mas a verdade é que isso fez com que ganhássemos apoio de muita gente.

JSV – Até agora como estão as negociações com o governo, e quais são as principais conquistas do movimento?

JMM – As negociações estão congeladas. Ocorreu a mudança de Ministro agora, saiu o ministro Lavín e entrou o senhor Bulnes. Nós estamos vendo como vai se comportar esse novo ministro. Ele disse que esperava conversar conosco na próxima semana. Amanhã em Punta Arenas, no sul, vai ocorrer uma reunião da CONFECh – Confederação que reúne todas as Federações Estudantis das universidades tradicionais – que vai analisar o cenário. Nós estamos dispostos ao diálogo, estamos conversando... Mas ainda não estamos dispostos a subir numa mesa de negociações, porque pensamos que a saída dessa situação não deve ocorre em uma mesa somente com estudantes e o governo. Os estudantes defendem que deve haver mais atores na mesa de negociação. Além disso, não existe uma vontade explícita da parte do governo de avançar nas demandas que estamos reivindicando. Mas já avançamos em alguns pontos. Um deles é o reconhecimento geral de que a educação chilena está em crise. Antes de nosso movimento, se admitia que o a educação não estava em crise, e que a crítica ao sistema era a reclamação de uns poucos privilegiados. Agora não, é reconhecido que é preciso fazer algo. Por isso o presidente, em cadeia nacional de televisão, anunciou uma série de políticas públicas para a educação superior. Nós criticamos a ele porque nada foi dito sobre o tema da democracia, um tema que nos preocupa muito. Também criticamos porque ele não falou nada sobre a educação secundária, que está muito mobilizada. Ele disse que estaria disposto a colocar certa quantidade de recursos nestas medidas. Uma coisa que caracteriza este governo é que “seus projetos tem letra pequena”, como se diz. Os títulos são muito atraentes, mas as especificidades dos projetos revelam que se trata de mais uma medida neoliberal. Então existe essa desconfiança. O GANE – Grande Projeto Nacional de Educação, proposto por Piñera – é uma resposta às nossas demandas ou é nada mais que o aprofundamento do modelo? Por isso nós até agora o rechaçamos. Há no projeto, por exemplo, que uma quantidade dos recursos vai para mil bolsas destinadas aos estudantes de mais baixa renda como forma de acesso complementar a universidade...

JSV – Mas no universo geral de estudantes isso é muito pouco, não é?

JMM – É, é pouco. Essas são bolsas complementares. Mas o tema do acesso a educação superior é uma demanda importante desse movimento. Para que não entrem somente os privilegiados. Então o plano apresenta algumas coisas positivas, mas em seu conjunto não cumpre nossas demandas. Também não está claro quais são as saídas para algumas temas específicos. Então estamos rechaçando o plano, mas em nenhum sentido com as portas de negociação fechadas.

JSV – E Piñera falou algo sobre o orçamento da educação?

JMM - Sim. Piñera sempre disse que iria destinar, em seis anos, 4 bilhões de dólares para a educação e disse aos reitores que estava disposto a aumentar os aportes [subsídios] das universidades, ou seja, o dinheiro que o Estado entrega diretamente às universidades estatais. Isso é tudo o que disse. Estamos atentos se essa promessa vai se materializar.

JSV - E este novo ministro tem um histórico similar ao Lavín [Ministro da Educação anterior que foi deslocado para o Planejamento]? É proprietário de universidades privadas?

JMM - Não. O ministro Felipe Bulnes é filho, neto e bisneto de uma grande casta de políticos, presidentes, ministros do Chile. Ele vem dos setores mais oligarcas do pais. Isso é algo que se deve ter em conta. Entretanto não é da Opus Dei. O Ministro Lavín é membro da Opus Dei. O s setores mais reacionários da igreja católica... Bulnes talvez tenha maior capacidade de negociação e vem tentar fazer acordos. Esperamos que ele cumpra seu propósito. E estamos atentos para ver o que vai oferecer, a materialização do que já se anunciou, e os temas ainda pendentes.

JSV – O povo chileno está junto com os estudantes em sua luta ou não se pode fazer um diagnóstico preciso desse apoio?

JMM – Sim. Nós temos certeza de que isso é assim. Existem pesquisas, ainda que se possa questionar sua veriacidade. Existem pesquisas que apontam que há 86% de aprovação da sociedade. A isso se soma a desaprovação do governo. Este é o governo que desde a democratização tem o índice de desaprovação maior, cerca de 60%. As pessoas fazem doações ao movimento, as pessoas apóiam ativamente. Há um ambiente de sintonia entre os estudantes e os cidadãos. Além disso, Camila Vallejos, a presidenta da FECh, tem uma forte liderança e é uma pessoa muito querida, respeitada. As pessoas sentem apreço por ela. E claro, há um apoio ao movimento em seu conjunto e não só aos dirigentes.

JSV - E qual é o próximo ato político do movimento partir de agora?

JMM - Está convocado para o dia 30/7 uma jornada massiva cidadã no parque O’Higgins. Não estou absolutamente seguro da data, talvez isso atrase uma semana. Estamos preparando não uma marcha, e sim uma “concentração”, que seja no fim de semana para incluir a presença das famílias. Nossos pais nem sempre podem marchar conosco por que é dia de trabalho e nem todos os trabalhadores podem parar aqui no Chile. Essa é a próxima ação de massas que estamos preparando.

Amanhã é a reunião da CONFECh [Confederação dos Estudantes Chilenos], que agrupa todas as Federações Estuidantis das universidades tradicionais. O que nos preocupa muito é manter um discurso unitário com os professores universitários, com os estudantes do secundário, e com professores do secundário. Para que quando comecem a avançar as negociações, o governo saiba que o bloco social mobilizado esta muito unido e com demandas em comum. Estamos avançando nestes dois aspectos agora.

JSV - E além da reivindicação de gratuidade, de ampliação do acesso as universidades e de renacionalização do cobre para garantir a gratuidade da educação, quais são as outras demandas principais do movimento estudantil?

JMM - Existem algumas outras demandas relacionada somente a educação. Primeiro, a gratuidade ao menos para as três faixas mais pobres. Ou seja, se não conseguimos outras mudanças estruturais, que ao menos este setor estude gratuitamente. Se conseguimos a gratuidade inteira muito melhor!

Segundo, o tema do acesso a universidade. Terceiro, por maior democracia dentro da universidade. A maioria das universidades do Chile tem estatutos que são herdados da ditadura e que não dão espaços de participação. Quarto, maior número de bolsas com maior ajuda econômica aos estudantes, o tema dos transportes, alimentação, etc. Quinto, maiores contribuições fiscais para as universidades, para bons projetos de pesquisa e ensino. Para que as pesquisas tenham interesse público. Estas são as demandas diretamente relacionadas com a educação.

Há também as demandas mais estruturais, como a renacionalização do cobre. Além disso, defendemos uma reforma tributária, que permita que as empresas que tenham mais lucros sejam as que mais contribuam ao Estado, pois efetivamente o sistema tributário é muito regressivo. Aqueles que menos tem são os que mais pagam. Defendemos também uma Assembléia Constituinte. A Constituição do Chile é herdada de Pinochet, e precisa ser rediscutida em uma grande assembléia nacional com todos os atores. O movimento defende uma reforma profunda contra falta de democracia e contra a desigualdade social no Chile.

Para concluir, gostaria de fazer uma saudação ao Brasil. Para nós Brasil é um exemplo de organização estudantil. Nós, estudantes chilenos, ainda não estamos unidos num organismo nacional. A CONFECh reúne somente as universidades tradicionais. Neste ano avançamos muito e tem sido muito positivo no sentido de fomentar a organização e o trabalho conjunto com as universidades privadas. A experiência brasileira é muito importante pois há um sistema unificado de todos os estudantes. Estes são os próximos passos que nos temos como movimento estudantil.

JSV - Me parece que a capacidade política dos estudantes chilenos em relação à organização de base social esteja muito superior a nossa atualmente no Brasil. Em termos de organização nacional o movimento estudantil brasileiro talvez tenha mais experiência e mais história, muitos anos de entidades que têm características nacionais. Porém com a força que vocês têm no movimento de massas no Chile, creio que não vai ser difícil construir um organismo nacional com muita força e representatividade, além de capacidade para conquistar as reivindicações.

JMM - As discussões entre estudantes aqui deixou claro que isso é uma necessidade e que nós temos que fazê-lo rapidamente. Para não perder a organização conquistada este ano, construir uma entidade nacional de todos os estudantes universitários e secundaristas é fundamental.

lunes, 1 de agosto de 2011

CHILE YA ES DISTINTO

Faltando horas para la reunión en la que el Ministro Bulnes le dará una respuesta a todos los actores movilizados, luego de más de dos meses de protestas estudiantiles y sociales, no estamos para balances si no que expectantes ante el nuevo cauce que pueden tomar nuestras movilizaciones.

Sin embargo como reflexión previa a un balance e inserta aun en la vorágine de las movilizaciones, podemos decir que las multitudinarias marchas que vio Chile en todo su territorio; el realce de la movilización y el amplio apoyo ciudadano a esta, el aislamiento del Gobierno a tal punto que si los dirigentes estudiantiles lo solicitan, presidentes de partidos políticos dejan plantado al Presidente de la República; el jaque puesto al Gobierno expresado en el cambio de Gabinete, en su histórico rechazo en las encuestas, en los errores no-forzados cometidos y en el desorden dentro de las filas derechistas, hablan ya de un nuevo momento político en la historia del país.

En el futuro, las relaciones sociales en Chile ya no podrán estar contenidas por una democracia pactada y una transición tutelada. Chile y su pueblo reclaman cambios estructurales en cómo se toman las decisiones, cómo se distribuyen las riquezas, cómo se explotan los recursos naturales.

Chile ya es distinto porque una gran masa ciudadana y popular despertó para exigir cambios. El movimiento estudiantil cumplió (y aun cumple) un rol protagónico en este cambio de paradigma. Es deber de todos quienes participamos activamente en estas movilizaciones proyectarlas para lograr los cambios estructurales puestos encima de la mesa. Para esto se hace fundamental una mayor cantidad de actores: organizaciones políticas y sociales históricas así como también las nacidas al alero de esta lucha.

La continuidad de este proceso depende en gran medida en evitar caer en el sectarismo de sentirse los únicos dueños de esta lucha ni tampoco los únicos con la claridad para decir cuáles son los pasos siguientes que se deben realizar.

El choque de las diversas culturas de los actores sociales estará en la base de la continuidad del proceso democratizador que se inició en Chile. Depende de nosotros que dicho choque materialice crecimiento y madurez de todas las partes, y no quiebres y aislamiento que es justamente lo que no necesita ahora el pueblo de Chile que ha despertado exigiendo democracia e igualdad.

Viviendo y haciendo la historia, movilizados por Chile su educación y su desarrollo. ¡Que vivan los estudiantes!

martes, 10 de mayo de 2011

Respuesta al llamado sobre cómo conducir movilizaciones

Me llama profundamente la atención el modo en que Francisco Figueroa mezcla una profunda pedantería con una falsa modestia. La cual no lo inhibe, por cierto, a situarse como el único faro que alumbra dentro de un confuso movimiento estudiantil.

Ya el título de su artículo es arrogante: él nos va a decir qué hacer para que Piñera no nos fune las movilizaciones. Todo su artículo son frases comunes, espacios sacados de contextos o lisa y llanamente faltas a la verdad con las cuales pretende decir solo una cosa: háganme caso a mí porque los otros lo hacen mal.

Pero vamos por parte. Sobre la urgencia con la que llama a que como FECh nos demos un tiempo para repensar los pasos dados, deja entender que esos espacios no han existido y que se está presente ante un movimiento que solo avanza y no reflexiona. Lo cual es profundamente falso, la masividad de estas movilizaciones da cuenta de que los espacios de discusión han nacido de la base misma en los distintos espacios locales. Esto ya se veía en los primeros plenos FECh sobre el tema, donde todas las asambleas locales instalaron la idea que las becas era solo la punta de un problema mucho más profundo. Los estudiantes de la Universidad de Chile están pensando las movilizaciones, en ningún caso estamos frente a un marchar por marchar casi como una masa de ovejas.

Sobre las movidas que prepara el Gobierno y la clase política –que es lo que según Francisco no nos hemos dado el tiempo de observar- si al menos él no se había dado el tiempo de pensarlo antes, no quiere decir que nadie lo había hecho. El intento por parte del Gobierno o de otros sectores políticos del país de capitalizar las acciones del movimiento estudiantil están a la orden del día: lo hace la derecha cuando la diputada Hoffman dice que las movilizaciones le dan la razón a Lavín; lo hace la Concertación cuando una de sus parlamentarias plantea que es urgente la solución al problema de becas y que eso sería un triunfo para el movimiento estudiantil; o cuando pregonan exitistas la salida de la Directora de la JUNAEB el viernes pasado, sumándose a un carro que ya llevaba mucho andar.

Es absolutamente evidente que los diversos sectores políticos intentarán capitalizar para sus intereses los movimientos de otros actores. Es casi, por decirlo de algún modo, una ley de la política. Decir que el éxito de las movilizaciones no depende de nuestras puras intenciones no es nada nuevo a lo que ya se ha planteado en el seno del debate estudiantil. Quiero recordar que en más de una ocasión en los plenos de federación se ha manifestado la necesidad que el movimiento estudiantil considere que el Gobierno de Piñera ha demostrado en su primer año de Gobierno un profundo sentido de la táctica y la estrategia a la hora de manejar a los movimientos sociales. Ese es un tema que ya se ha planteado y es una discusión que se ha instalado. Al menos en Sociales he estado presente en asambleas de facultad en que dicho elemento se ha hecho presente y se ha considerado a la hora de la síntesis. Un llamado a considerar ese elemento se puede entender o como una mera consigna para hacer críticas a los procesos de discusión o directamente como un llamado al inmovilismo.

Tomando en cuenta la conclusión a la que nos llama, a saber que mientras seamos incapaces de imprimirle a nuestras demandas coherencia con un cuestionamiento a los aspectos estructurales del modelo educativo, es muy probable que la derecha aproveche la situación creada por nosotros para viabilizar reformas que corrijan el modelo profundizando su esencia, tal como hizo la Concertación con la “revolución pingüina” a partir del 2006, honestamente no puedo estar más de acuerdo. Incluso recuerdo claramente que en los plenos que se discutía el inicio de las movilizaciones, se planteó muy claramente que era un error quedarse en el problema de las becas, y era absolutamente necesario pasar a tratar los temas de fondo, los temas estructurales del sistema. Es más, ese fue el momento en que los gremialistas dijeron que una vez más los izquierdistas estaban manipulando el movimiento estudiantil. De hecho, Lührs se fue haciendo un show de ese pleno pues estaba en contra de la misma tesis que hoy, más de un mes después, Francisco viene nuevamente a plantear.

Por eso, respecto a las señales mediáticas que nos viene a alumbrar Figueroa mejor pasárselas por alto. Ya se han visto, se han identificado y no se está más que descubriendo américa por internet. El único pero, eso sí, que habría que hacer a su detallada lista de hechos que demuestran lo evidente, es que reconociendo que existe un sector absolutamente mayoritario y hegemónico dentro de la Concertación que abraza el modelo y que en materias de educación están absolutamente dispuestos de votar con la derecha, existe otro sector que se ha plegado a la lucha por la educación pública. Los diputados comunistas no son tres aislados en materias de educación: existe convergencia con determinados sectores de la Concertación y hacer una omisión de un hecho tan evidente o es pura ideología que impide ver la realidad o una objeción consciente para presentar una realidad distorsionaba que beneficia a sectores políticos determinados (el sector político de Francisco, claro está).

En seguida, viene la acusación de confusión sobre las demandas levantadas. Esto lo dice argumentando que primero porque un “aumento del financiamiento público en educación superior” también lo piden los empresarios de la educación que presionan para que el Estado subsidie sus negocios con plata de todos los chilenos. Segundo porque exige “equidad en el acceso” sin decir nada concreto más allá de las propuestas que el Gobierno ya ha hecho suyas (los métodos complementarios). Y tercero, porque no se hace cargo del problema denunciado en nuestra última movilización, el endeudamiento.

Respecto al primero: ¿un empresario estaría de acuerdo con el fin efectivo al lucro, con democratizar todas las entidades de educación superior, con que el Estado aumente sustancialmente los aportes basales a las universidades estatales? Por supuesto que no estarían de acuerdo. Y dichas demandas se encuentran consignadas de manera clara en los documentos que ha sacado el CONFECh y es mentir decir que existe confusión ante una cuestión planteada de forma tan clara.

Respecto a lo segundo debo decir que la demanda es bastante clara: acceso con equidad, calidad, integración y heterogeneidad en la matrícula. Y dice algo concreto. Me parece irrisorio que se critique una propuesta por el mero hecho que el Gobierno ya la ha hecho suya. La política de propedéutico es una experiencia que ha demostrado ser exitosa y que ha sido difundida y analizada por una serie de sectores políticos. Posee la característica que es la única propuesta encima de la mesa que rompe en la U. de Chile la barrera de los 600 puntos. Además, no se puede criticar algo por el mero hecho que el Gobierno ya lo ha hecho suyo. Es decir exactamente lo mismo que si el Gobierno nos otorga nuestras demandas, éstas son malas porque el Gobierno nos las dio y el Gobierno es malo y las está haciendo suyas. Finalmente se espera, además, un poco más de propuestas. Si se va a criticar que no hay nada nuevo respecto a acceso ¿qué es lo nuevo que se propone respecto a acceso? Es más, aprovecho la instancia para preguntar por la participación de Francisco en la comisión de acceso de la Universidad de la cual forma parte.

Y lo tercero es completamente falso, pues el petitorio sí se hace cargo del problema del endeudamiento. En el segundo eje sobre el aumento del financiamiento público en Educación Superior se propone una reestructuración integral al sistema de becas en pos de terminar con el endeudamiento. ¿Cómo se puede ser tan falto a la verdad de insinuar que un punto no existe en un petitorio si existe de manera absolutamente explícita?, ¿creerá Francisco Figueroa que los estudiantes no leen los petitorios?

Luego insinúa que hay sectores políticos que están más preocupados de la negociación parlamentaria y que estarán felices con las respuestas que hará Piñera el 21 de mayo. Respecto a eso, quiero decir que efectivamente esperamos la respuesta del Presidente el 21 de mayo. Esperamos que se pronuncie a favor de las demandas que están planteadas y el movimiento estudiantil debe presionar y sumar para hacerse oír de mejor forma. Y los dirigentes preocupados de la negociación parlamentaria estamos abocados 100% a estas movilizaciones y generar un movimiento estudiantil real, no como las tomas de casa central dirigidas por el autonomismo, quienes las mantuvieron con menos de tres personas en ellas por el mero hecho de conseguir su acumulación política. Dicen por ahí que un ladrón cree que todos son de su misma condición y al hacer Francisco esa acusación tan grave y tan falta a la verdad, no hace más que evidenciar sus propias estrategias.

Quiero insistir, en función de los párrafos venideros, que el endeudamiento siempre se señaló como la expresión más concreta de los problemas estructurales que atraviesa la educación superior. Esa fue una discusión que ya tuvo el movimiento estudiantil y que debe, por cierto, seguir teniendo. Pero no se puede plantear, en función de dicha idea, situar como único elemento central el endeudamiento. No por nada cuando Loreto, presidenta del CECSO, reclama que el tema de endeudamiento ha pasado a segundo plano (por solo ser punto de un eje y no ser eje en sí mismo, pero estar de igual forma en el petitorio) es un Concejero FECh del grupo Centro Derecha Universitaria el que sale a defender su postura y hacer un llamado a abandonar las demandas históricas e ideológicas de siempre. En este permanente ir contra la corriente y criticar de forma odiosa y faltando a la verdad, hay una viva expresión de hacerle el juego a la derecha y frenar la movilización social.

Queda en evidencia absoluta el vacío del discurso, cuando al llegar el momento de hacer las propuestas y Francisco nos dice que pasando al plano propositivo, creo que de lo que se trata en definitiva es de que seamos nosotros los que propongamos. Esa sería la única forma de recuperar la educación pública.

Francisco está planteando que cuando una federación saca gente a la calle y profundiza las demandas instaladas para la próxima movilización, ésta abandona inmediatamente la razón por la cual ha llamado a movilizarse y solo se dedica a esperar que Piñera de soluciones a temas coyunturales, pues algunos de sus dirigentes están más interesados en la negociación parlamentaria del 2012. Como les decía al comienzo, el llamado de Francisco es un grito histérico para decir: se necesita una fuerza política estudiantil salvadora que nos rescate de los mismos que siempre han vendido a los estudiantes; hágannos caso a nosotros y no a ellos; ellos son malos, nosotros buenos; ellos nos venden, nosotros queremos proponer lo que tu realmente quieres proponer.

Lo que falta, nos dice en el inicio de su tercer apartado es un norte utópico con el cual guiar el movimiento. Nos habla de la riqueza de la educación, que ésta permitirá construir la igualdad social (frase que al menos creo yo es sumamente discutible y se está solamente tirando al voleo. Es cierto que la educación es un tema central pero pongo en duda si es la madre de todas las batallas, la cual sospecho yo, se encuentra en el control de la producción y la explotación de las riquezas naturales), entre otros lugares comunes.

Y después viene la propuesta. A largo plazo: educación como un derecho social universal y a corto plazo fin al endeudamiento y a la deserción. ¿Quién puede estar en contra de esa consigna? Pero a su vez, ¿en qué se diferencia con decir (por ejemplo y solo como en ejemplo) arancel diferenciado para apuntar hacia la gratuidad? O también, ¿cuáles son las diferencias entre la propuesta de Francisco con decir que la movilización tiene como elemento central la recuperación de la educación pública y que esto se expresa en tres ejes: nueva política de acceso, aumento del financiamiento público en educación y democratización? En definitiva ¿de dónde surge la acusación de confusión que acusa Francisco? Con todos los elementos falsos que posee su escrito queda la clara sensación que el único que quiere confundirnos es él.

Respecto al siguiente párrafo vuelve a surgir otra mentira descabellada. Insinuar que no existe una diferenciación respecto al accionar del Estado según Universidades, es una acusación absolutamente falsa. Incluso el Senado Universitario aprobó una propuesta de sistema, en absoluta concordancia con lo que se ha planteado en el CONFECh, en el cual se distingue Universidades Estatales (que reciben aportes basales directos), Universidades Colaboradoras del Estado (que reciben aportes fiscales mediante herramientas como convenios de desempeño o algunas ayudas estudiantiles y que deben cumplir una serie de requisitos entre los que cuentan fin efectivo al lucro y democratización de sus espacios) y Universidades privadas (que no recibirían aportes estatales). Esta diferenciación existe y va en la sintonía de lo planteado por otros actores de la educación, de lo que propuso la comisión de educación del Senado (y que se aprobó de manera unánime) en la cual había también participación de integrantes del grupo político de Francisco. Plantear reparos a esa propuesta de diferenciación del accionar del Estado sería de un oportunismo solo menor al hecho de plantear que dicha diferenciación no existe.

Estoy absolutamente de acuerdo con la propuesta de corto plazo para el financiamiento a las Universidades Estatales que propone Francisco. De hecho, gratuidad para los primero tres quintiles y pago según capacidad de pago para los últimos dos, se le conoce como el nombre de Arancel Diferenciado. Francisco quiere hacer suyas (y nuevas) las mismas propuestas que levantan hace varios años quienes pretenden, según él, movilizarse solo para negociar cupos parlamentarios.

Con respecto a las propuesta del mundo privado. Coincidir en que el fin al lucro se debe hacer extensivo a todo el sistema, pero lamentar que no se haga ningún tipo de análisis que permita diferenciar distintas Universidades privadas. Para Francisco la Universidad del Desarrollo y de los Andes, es igual a la de Concepción y, por qué no decirlo, de la Católica de Valparaíso. ¿Cómo autonomistas tienen las mismas propuestas en todas partes o varían según conveniencia? La interrogante queda claramente abierta.

Sobre el rol de la Universidad de Chile, además de no compartir el chovinismo de decir que la Chile por ser la Chile, creo que es importante reconocer mayores avances en cuanto al rol que se ha jugado como comunidad. La adhesión a la marcha del día 12 por parte del Senado Universitario es un ejemplo significativo que demuestra que nuestra comunidad va más allá de aparecer sólo con demandas corporativas, relativas al mejoramiento de su capacidad competitiva y no al mejoramiento de la educación en su conjunto.

El movimiento estudiantil justamente está logrando que la Universidad en su conjunto haga suyas sus demandas. Esto a diferencia, claro está, del año 2008 donde no hubo consejo de facultad que no hiciera público su rechazo al actuar de la FECh dirigida por Schüler y Zamorano. Lo que nos demanda Francisco es justamente lo que se está haciendo y lo que ellos no fueron capaces de hacer (pero fueron capaces de hacer exactamente lo contrario).

Con respecto a la propuesta de acceso que supuestamente está en la página web. Lamentablemente, pese a buscarla, no pude encontrarla así que no puedo opinar sobre ella. Tan solo decir que no me parece correcto esperar que todo el mundo ya hiciera propuestas, para tirar al final la suya. Más aun sabiendo que Francisco dejó de participar en la comisión de acceso creada por rectoría, de la cual forma parte, que tiene como fin permitir que al menos un 20% de la matrícula provenga de los quintiles más bajos, como medida de mediano plazo.

Las demandas relacionadas con los créditos están ya consignadas en los documentos del CONFECh y en el parlamento se firmó un proyecto de acuerdo, impulsado por la bancada del PC, para impulsar una ley que tenga como objetivo condonar deudas del FSCU. Nuevamente no es nada nuevo lo que nos propone Francisco.


En definitiva la mejor forma de aportar al movimiento estudiantil es no faltando a la verdad, no cayendo en prácticas oportunistas y no adjudicándose como propias ideas que ya están maduras en el seno del movimiento estudiantil y que deben, por cierto, seguir desarrollándose. No queda más que preguntarse cuáles son las verdaderas intenciones que se esconden detrás de acusaciones tan falsas y propuestas tan poco novedosas.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Desafíos para el Movimiento Estudiantil

El pasado jueves 28 de abril se realizó la primera movilización estudiantil. Más de 8.000 estudiantes de universidades, tanto públicas como privadas, recorrieron el centro de Santiago. Esto surge de los procesos de discusiones del movimiento estudiantil que se sintetizan en un petitorio común y un calendario único de movilizaciones.

Como ejes centrales de este movimiento se encuentran aumentar el gasto social en educación pública, reformar el sistema de acceso y permanencia a la educación superior e impulsar una agenda democratizadora que garantice la participación triestamental en la toma de decisiones de las distintas entidades de educación superior.

La segunda jornada se caracteriza como un paro nacional de la educación para este 12 de mayo. El Colegio de Profesores y estudiantes secundarios ya han anunciado que se suman a la jornada. Es deber de nosotros, como movimiento estudiantil, hacer los esfuerzos para que dicha jornada tenga la mayor amplitud posible. Para esto surge como tarea fundamental convocar al resto de la comunidad universitaria, académicos y funcionarios, a ser parte de esta lucha por recuperar la educación pública. Especialmente, en nuestras facultades debemos tensar a las distintas autoridades y cuerpos colegiados, pronunciamientos sobre la actual coyuntura en la educación superior. Y generar instancias de debate y decisión que permitan un accionar coordinado de la comunidad universitaria.

En esta lucha nuestra tarea más próxima es ampliar el arco de convergencia con el que cuenta el movimiento estudiantil. Con movilización y amplitud nuestras demandas podrán tener mayor incidencia en la agenda pública.

Recordemos, además, que estos son recién los primeros pasos del año en cuanto consolidar un amplio referente que haga templar a la derecha gobernante.

Lo que se ha expresado el pasado jueves 28 fue tan solo la germinación de una semilla que hemos venido nutriendo en base a discusiones, intensos debates y grandes acuerdos. Lo que nos queda ahora es hacer crecer este fruto en base a la masividad y la convergencia de todos los actores necesarios para dar esta lucha. Y de este modo cosechar grandes triunfos para el bienestar del movimiento estudiantil y nuestro pueblo.