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viernes, 25 de junio de 2010

La izquierda crece, suma y avanza


Ya sabidos los resultados totales de la votación al Senado Universitario del estamento estudiantil y funcionario, mientras que en las elecciones del estamento académico solo falta la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias, creo que es el momento oportuno para dar mis más amplias gratitudes a todos quienes depositaron su apoyo en mí, convirtiéndome en la primera mayoría del estamento estudiantil con 1.230 preferencias.


Agradezco profundamente ese apoyo de los estudiantes de la Universidad que nos sitúan, a los militantes de las Juventudes Comunistas, como la primera y segunda mayoría de estas elecciones en el estamento estudiantil. Esto para nosotros implica el gran desafío de intentar representar y trabajar en conjunto con una izquierda diversa y heterogénea, sin sectarismo de ningún tipo.


Además, Estudiantes de Izquierda, logró que 3 de sus 4 candidatos se convirtieran en Senadores Universitarios, manteniendo su condición de fuerza política más importante y de mayor respaldo dentro de los estudiantes. Esto teniendo en cuenta que si bien el quórum de estas elecciones está por debajo de las expectativas de todos quienes participamos activamente en política estudiantil, representa un crecimiento significativo en el nivel de participación en comparación con las elecciones de Senado Universitario de hace dos años atrás. Esto creo que es producto de que un mayor número de estudiantes está observando las profundas amenazas que se ciernen sobre la calidad y la relevancia de la educación pública en nuestro país y el importante rol que pueden llegar a cumplir los estudiantes si utilizamos de forma correcta estas instancias de gobierno universitario.

Hemos planteado con fuerza en esta campaña que nuestro primer deber es con la defensa de la educación pública, tanto hacia fuera como dentro de la U y con los derechos de los estudiantes ante una educación cada día más precarizada. Dicho compromiso es el que los estudiantes mayoritariamente han apoyado y ante el cual tenemos que hacernos cargo y enfocar nuestro trabajo.

En este sentido, el contexto en el cual ocurrieron las elecciones de Senado Universitario no puede pasar desapercibido. Justo el día que se realizaban las elecciones, Carabineros de Chile violaba la autonomía universitaria, ejerciendo represión al interior de la Casa Central a estudiantes que pretendían, de forma respetuosa, denunciar la ofensiva privatizadora que impulsará el gobierno de Sebastián Piñera dentro de 45 días a partir de un titular del diario La Tercera del domingo 20 de junio.

Ante esto creo que es fundamental que la Universidad de Chile avance hacia una posición única del conjunto de su comunidad sobre cómo nos enfrentaremos ante este nuevo ataque a la educación pública, la cual se trató de destruir en dictadura y fue dejada de lado por los gobiernos de la Concertación. Si no somos capaces de construir un discurso respaldado por el conjunto de la comunidad universitaria, será muy difícil que podamos enfrentar los intereses mercantiles de la derecha política y empresarial sobre la educación superior.

El Senado Universitario debe cumplir un activo rol en construir y fortalecer un discurso nacido de la discusión amplia de la comunidad universitaria para defender la educación pública. La contingencia exige que esos deben ser los primeros pasos a dar como Senador Universitario electo. Esto sin perjuicio, claro está, de las efectivas y legítimas diferencias que existen al interior de la comunidad universitaria sobre cómo se construye de forma efectiva universidad pública al servicio de las grandes mayorías.

Se vienen para mí, dos años de intenso trabajo en los cuales espero responder de forma positiva a la responsabilidad asignada en unas votaciones de sufragio universal para el estamento estudiantil, que representa uno de los mayores avances que ha tenido la democracia universitaria luego del enorme retroceso que implicó la dictadura militar y el marco regulatorio que nos heredó.

Fomentaré la participación de los estudiantes y el conocimiento de esta instancia del Gobierno Universitario, con el objetivo de potenciar el carácter público de cada una de las disciplinas que desarrolla la universidad, tendiendo a su desarrollo equitativo de cada una de éstas, así como también de las tres misiones de la universidad: investigación, extensión y docencia.

Y por último felicitar a todos los militantes de las Juventudes Comunistas, de la Nueva Izquierda Universitaria y todos los independientes que constituimos Estudiantes de Izquierda y que trabajamos día a día para fortalecer al movimiento estudiantil de manera democrática y participativa.

Afectuosamente,

José Manuel Morales

Senador Universitario electo.

sábado, 19 de junio de 2010

Biografía

Esta es la biografía que me pidieron que hiciera como parte de la campaña...

Mi nombre es José Manuel Morales, tengo 23 años. Estudié en el Liceo Experimental Manuel de Salas, en el cual participé activamente de las movilizaciones que le permitieron a dicho establecimiento volver a ser parte de la Universidad de Chile el año 2002. Dicha separación fue parte de la política de desmembramiento de nuestra Universidad que impulsó la dictadura militar dado sus intereses en hacer de la educación un nicho para el mercado, el lucro y los negocios.

Participación como dirigente estudiantil

Entré a la Universidad el año 2005, a estudiar Administración Pública en el Palacio Matte, ahí me di cuenta de las horrorosas desigualdades que existían al interior de nuestra universidad, lo cual no es más que una réplica de la situación precaria de la educación en nuestro país. Rápidamente tome consciencia de que era muy importante participar en política universitaria si quería aportar mi grano de arena en construir educación pública y de calidad.

Ingresé al Colectivo de Estudiantes de Izquierda de la Escuela de Gobierno, instancia en la que convergían estudiantes independientes de izquierda y militantes de las Juventudes Comunistas. Ahí conocí a la jota, sus propuestas por una nueva educación superior, que no son más que las propuestas por un nuevo Chile.

Impulsamos las movilizaciones del INAP que exigieron la reestructuración de la planta académica y la elección de autoridades permanentes y comprometidas con el devenir del dicho Instituto, luchamos por la autonomía de dicha unidad académica y la defensa de su carácter interdisciplinarlo.

Fui Secretario de Comunicaciones del Centro de Estudiantes y luego Concejero FECH. Ambos cargos los ejercí de forma comprometida y responsable, procurando que la información siempre estuviera al acceso de los estudiantes, de manera oportuna y transparente. A su vez, nunca dejé de dar mi opinión política ante el estudiantado, frente a la contingencia nacional, universitaria o del espacio local. Siempre preocupado defender el carácter público de la educación y la unidad del movimiento estudiantil.

El año 2008 me licencié en Ciencias Políticas y Gubernamentales e inicié los trámites para postular -vía admisión especial- a la carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales, disciplina que me ha permitido ampliar mis conocimientos y entender de mejor forma los procesos de cambio social.

Todo esto ha reafirmado en mí la convicción de que con trabajo, unidad de los estudiantes y demandas claras, se puede lograr la tan anhelada participación estudiantil, la cual es un pilar fundamental en las necesarias transformaciones del sistema de educación superior y la sociedad chilena en general.

Trabajando por una Universidad democrática, equitativa y pública

Creo en la política como herramienta para la lograr la liberación del hombre. Pero la política responsable y transparente, cercana a los estudiantes y alejadas de consignas vacías y principismos que se traducen en sectarismo y hostilidades al interior de un movimiento. Me identifica mucho una frase de José Martí –inspirador de la independencia cubana- que dice así:

“Urge ya, en estos tiempos de política de mostrador, dejar de avergonzarse de ser honrado. (…) La política virtuosa es la única útil y durable.”

Hoy, soy candidato al Senado Universitario, representando a los Estudiantes de Izquierda de la U. Una alianza política en la cual convergen Independientes, la Jota y la Niu. Aspiramos a una nueva forma de hacer política, de cara a los estudiantes y sin las odiosidades que pretenden impulsar sectores más preocupados de las peleas por un metro cuadrado que las pelas por construir un nuevo Chile y una nueva Universidad.

De salir electo, mi compromiso es ejercer el cargo de Senador Universitario de manera activa y responsable, que le permita a los estudiantes utilizar esta instancia de democracia universitaria para alcanzar sus demandas, dotar de contenidos el espacio e incidir en las decisiones que van a marcar el rumbo de nuestra Universidad.

Asumo este desafío con mucha energía y alegría puesto que cuento con un gran equipo. Estudiantes de Izquierda ha cambiado la cara de la participación estudiantil, apuesta por construir de forma transparente y sin odiosidades, respetando el pluralismo al interior del movimiento estudiantil y trabajando por las grandes mayorías.

Los invitó a apoyar esta alternativa. Este 22 y 23 de junio vota por los candidatos de Estudiantes de Izquierda.

En tus manos está la Chile.

jueves, 10 de junio de 2010

Acceso, una demanda urgente

Si hemos entrado a la Universidad de Chile debemos sentirnos orgullosos del esfuerzo realizado. Nuestra Universidad pese a su precarización y al desmantelamiento que ha sufrido desde que se instaló el negocio de la Educación Superior en Chile, aun capta los más altos puntajes de la PSU, salvo de quienes consideran el carácter público de la U como una desventaja y asustados de tanto paro y tanta huelga prefiere la Universidad Católica, la de Los Andes o la del Desarrollo, las cuales son representantes de conservadores proyectos ideológicos.

Pero no nos confundamos. Esos altos puntajes cada vez representan menos una selección en función de las capacidades de los jóvenes y cada vez más una selección en base a criterios socioeconómicos. La Universidad se está convierto, por tanto, en una realidad alejada y casi imposible de alcanzar para un amplísimo sector de la población. Y somos nosotros, quienes ya logramos entrar a la Universidad, los llamados a revertir esta situación.

La matrícula de pregrado de la educación superior, debe tender a ser lo más símil posible a la diversidad socioeconómica del país. Que ésta no discrimine ni por nivel de ingreso, ni por región de procedencia, ni por ascendencia étnica y muchos menos por la capacidad de inversión privada durante los años de formación de enseñanza pre-básica, básica y media. La universidad debe cumplir un rol activo en la misión de reducir las discriminaciones de origen, abriendo su matrícula a los sectores vulnerables.

Y eso implica terminar con la PSU como sistema casi único de acceso a la educación superior. La Universidad debe buscar nuevos mecanismo de acceso y generar un sistema donde la PSU sea solo un pilar más dentro de otros criterios preocupados de evitar sesgos y discriminaciones.

El Senado Universitario es la instancia donde debemos proponer una reforma al acceso de la Universidad de Chile. Esta es una demanda que ha sido sentida por diversos sectores estudiantiles, traduciéndose incluso en líneas de investigación, lo que demuestra la preocupación de los estudiantes por su entorno social. Los distintos esfuerzos que se están impulsando para avanzar en una reforma de acceso deben converger en una demanda unitaria, sólida y que hable de cara al país.

Las autoridades de la Universidad no pueden negarse a impulsar una reforma de acceso si, a su vez, reclaman ante la sociedad un “nuevo trato” entre las Universidades Públicas y el Estado. La Universidad de Chile tiene la obligación de tomar este tema como uno de carácter estratégico si quiere mantener su liderazgo y su legitimidad ante la sociedad.

Una universidad elitizada, solo le sirve a la elite. Es momento de exigir e impulsar una profunda modificación en el sistema de acceso a la Educación Superior.

Ahora bien, no es solo por la falta de voluntad de nuestras autoridades que el sistema de acceso no se ha modificado. El sistema de financiamiento conspira para crear universidades de primera y segunda clase. Las primeras elitizan su composición, las segundas quedan como única alternativa para sectores mayoritarios. Y es así como las universidades regionales del CRUCH -muchas de ellas en profundas crisis económicas- y la amplia gama de CFT e IP y ciertas universidades privadas -que conciben al estudiante como un cliente, un cliente con una total asimetría de información que lo lleva en muchos casos a ser estafados con educación de pésima calidad- se abren para recibir a más amplios sectores de la población.

El financiamiento de la educación superior no considera ningún mecanismo para proteger a los estudiantes más vulnerables. Es más, el segundo mecanismo más importante de financiamiento (el Aporte Fiscal Indirecto) se asigna en función del número de estudiantes con sobre 700 puntos en la PSU, estudiantes que en su mayoría van a parar a las Universidades –públicas o privadas- más elitizadas.

Vemos con pena como recursos que son de todos los chilenos van a financiar, mediante este mecanismo, universidades como la de los Andes, Diego Portales, Universidad del Desarrollo, además de las tradicionales de mayor excelencia. Y vemos con más pena aun como se precariza la educación que actualmente está más al alcance de sectores vulnerables y como ella en muchos casos, se encuentra totalmente mercantilizada.

La reforma al acceso debe ir de la mano de una lucha mayor: cambiar los criterios de financiamiento de la educación superior, acabar con el negocio de la educación y con las lógicas del mercado. Ambos son niveles de disputa distintos, pero en ambos el movimiento estudiantil debe pronunciarse y generar las tácticas y estrategias adecuadas.

martes, 8 de junio de 2010

A copar espacios, a transformar el presente

No necesitamos un movimiento estudiantil circular, que se ahogue en intestinas peleas internas. No necesitamos los mesianismos de quienes pretenden acabar con lo “añejo” y traer la “única verdad” de cómo construir movimiento estudiantil.

Necesitamos convergencia, unidad, respeto, ideas.

Necesitamos que el movimiento estudiantil dimensione su real fuerza si se organiza, dimensione el rol histórico que puede jugar. Necesitamos un movimiento estudiantil activo, que se levante ante los otros actores –tanto de la universidad como del país- y entregue propuestas, exija, incida en la realidad.

El movimiento estudiantil tiene que avanzar en dirección de satisfacer las demandas y los deseos de los estudiantes.

Las demandas por una educación de calidad, por terminar con la situación precaria de algunas de nuestras disciplinas al arbitrio del mercado y especuladores, por fortalecer nuestras mallas, nuestras competencias. Exigir con fuerza que no pueden existir estudiantes de primera y de segunda clase. Todos somos universitarios, todos queremos educación de la misma calidad.

Pero no solo las demandas de los estudiantes, también sus deseos. Esos que dicen relación con hacerse parte de la construcción de un nuevo Chile, de utilizar nuestras disciplinas para intervenir la sociedad, para que nuestra formación se traduzca, además, en un enriquecimiento en la calidad de vida de nuestro entorno. Todos somos de la Universidad de Chile, todos nos encontramos acá con la convicción de que podemos forjar un mejor Chile.

Hemos conquistado espacios, ahora debemos dotarlos de contenido.

Incidir en los espacios de poder que existen al interior de la Universidad, ha sido una demanda histórica de los estudiantes organizados, Ya lo dijo el grito de Córdoba de 1918: “La federación Universitaria de Córdoba se alza para luchar contra este régimen y entiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos universitario, la soberanía, el derecho de darse gobierno propio radica principalmente en los estudiantes”. De eso ya 92 años, en los cuales la Universidad y la Sociedad en su conjunto han cambiado por completo. Lo que sin embargo no se ha traducido jamás en que los estudiantes claudiquen en su demanda casi fundacional como movimiento, de ser partes del gobierno universitario.

Demanda que sin embargo se ha acoplado y ha co-existido en la acción política de los estudiantes de cara a la sociedad, donde las disputas entre estamentos tienden a disminuir y es la comunidad universitaria en su conjunto la que sale a defender la universidad de tiranos externos como lo ha sido el neo-liberalismo.

Los estudiantes jugamos ese doble juego: apostamos a incidir en los espacios de poder al interior de la Universidad y, además, ser factor de unidad de los estamentos cuando se trata de defender y potenciar la Universidad Pública.

El Senado Universitario es una conquista del movimiento estudiantil y una conquista además de la Universidad en su conjunto de despojarse de los estatutos que heredó de la dictadura. Y en cuanto conquista es un espacio que tenemos que ir a dotar de ideas, propuestas, conducción e incidencia. Sin embargo, en conjunto a esto el movimiento estudiantil debe seguir reflexionando de cómo hacer más incisiva y eficaz aun su participación en el Gobierno Universitario.

No nos conformamos con el nivel de democracia que trajeron los nuevos estatutos. Estos son un avance en relación a lo que nos impuso la dictadura, pero un avance el cual se tiene que profundizar, mejorar, depurar. No bajaremos esa bandera de lucha.

Pero paralelo a eso, observamos que las instancias que abrió el nuevo estatuto para la participación estudiantil, ahora no están siendo aprovechadas del todo. Por ejemplo, en muchas unidades académicas los estudiantes no se hacen parte de los Consejos de Escuela o de Facultad y en algunos casos que si existe participación, ésta no es sociabilizada de manera oportuna y eficiente a la totalidad de estudiantes del espacio. Siendo que la experiencia demuestra que un movimiento estudiantil activo e informado de lo que ocurre en su unidad académica puede incidir activamente en ella y propiciarle triunfos al movimiento estudiantil.

Por tanto, una de las principales funciones que debe cumplir un Senador Universitario del estamento estudiantil, es entregar todos los elementos y herramientas sobre cómo se desarrolla la discusión en los espacios universitarios, para que los estudiantes de las distintas facultades, programas o institutos puedan incidir en la discusión política al interior de sus unidades académicas. Esto con el fin de fijar tácticas que impliquen dar respuestas coordinadas y transversalizadas en toda la universidad, cuando las demandas que se están levantando en los distintos espacios son problemáticas comunes a todos los estudiantes.

Este es mi primer compromiso.