Me llama profundamente la atención el modo en que Francisco Figueroa mezcla una profunda pedantería con una falsa modestia. La cual no lo inhibe, por cierto, a situarse como el único faro que alumbra dentro de un confuso movimiento estudiantil.
Ya el título de su artículo es arrogante: él nos va a decir qué hacer para que Piñera no nos fune las movilizaciones. Todo su artículo son frases comunes, espacios sacados de contextos o lisa y llanamente faltas a la verdad con las cuales pretende decir solo una cosa: háganme caso a mí porque los otros lo hacen mal.
Pero vamos por parte. Sobre la urgencia con la que llama a que como FECh nos demos un tiempo para repensar los pasos dados, deja entender que esos espacios no han existido y que se está presente ante un movimiento que solo avanza y no reflexiona. Lo cual es profundamente falso, la masividad de estas movilizaciones da cuenta de que los espacios de discusión han nacido de la base misma en los distintos espacios locales. Esto ya se veía en los primeros plenos FECh sobre el tema, donde todas las asambleas locales instalaron la idea que las becas era solo la punta de un problema mucho más profundo. Los estudiantes de la Universidad de Chile están pensando las movilizaciones, en ningún caso estamos frente a un marchar por marchar casi como una masa de ovejas.
Sobre las movidas que prepara el Gobierno y la clase política –que es lo que según Francisco no nos hemos dado el tiempo de observar- si al menos él no se había dado el tiempo de pensarlo antes, no quiere decir que nadie lo había hecho. El intento por parte del Gobierno o de otros sectores políticos del país de capitalizar las acciones del movimiento estudiantil están a la orden del día: lo hace la derecha cuando la diputada Hoffman dice que las movilizaciones le dan la razón a Lavín; lo hace la Concertación cuando una de sus parlamentarias plantea que es urgente la solución al problema de becas y que eso sería un triunfo para el movimiento estudiantil; o cuando pregonan exitistas la salida de la Directora de la JUNAEB el viernes pasado, sumándose a un carro que ya llevaba mucho andar.
Es absolutamente evidente que los diversos sectores políticos intentarán capitalizar para sus intereses los movimientos de otros actores. Es casi, por decirlo de algún modo, una ley de la política. Decir que el éxito de las movilizaciones no depende de nuestras puras intenciones no es nada nuevo a lo que ya se ha planteado en el seno del debate estudiantil. Quiero recordar que en más de una ocasión en los plenos de federación se ha manifestado la necesidad que el movimiento estudiantil considere que el Gobierno de Piñera ha demostrado en su primer año de Gobierno un profundo sentido de la táctica y la estrategia a la hora de manejar a los movimientos sociales. Ese es un tema que ya se ha planteado y es una discusión que se ha instalado. Al menos en Sociales he estado presente en asambleas de facultad en que dicho elemento se ha hecho presente y se ha considerado a la hora de la síntesis. Un llamado a considerar ese elemento se puede entender o como una mera consigna para hacer críticas a los procesos de discusión o directamente como un llamado al inmovilismo.
Tomando en cuenta la conclusión a la que nos llama, a saber que mientras seamos incapaces de imprimirle a nuestras demandas coherencia con un cuestionamiento a los aspectos estructurales del modelo educativo, es muy probable que la derecha aproveche la situación creada por nosotros para viabilizar reformas que corrijan el modelo profundizando su esencia, tal como hizo la Concertación con la “revolución pingüina” a partir del 2006, honestamente no puedo estar más de acuerdo. Incluso recuerdo claramente que en los plenos que se discutía el inicio de las movilizaciones, se planteó muy claramente que era un error quedarse en el problema de las becas, y era absolutamente necesario pasar a tratar los temas de fondo, los temas estructurales del sistema. Es más, ese fue el momento en que los gremialistas dijeron que una vez más los izquierdistas estaban manipulando el movimiento estudiantil. De hecho, Lührs se fue haciendo un show de ese pleno pues estaba en contra de la misma tesis que hoy, más de un mes después, Francisco viene nuevamente a plantear.
Por eso, respecto a las señales mediáticas que nos viene a alumbrar Figueroa mejor pasárselas por alto. Ya se han visto, se han identificado y no se está más que descubriendo américa por internet. El único pero, eso sí, que habría que hacer a su detallada lista de hechos que demuestran lo evidente, es que reconociendo que existe un sector absolutamente mayoritario y hegemónico dentro de la Concertación que abraza el modelo y que en materias de educación están absolutamente dispuestos de votar con la derecha, existe otro sector que se ha plegado a la lucha por la educación pública. Los diputados comunistas no son tres aislados en materias de educación: existe convergencia con determinados sectores de la Concertación y hacer una omisión de un hecho tan evidente o es pura ideología que impide ver la realidad o una objeción consciente para presentar una realidad distorsionaba que beneficia a sectores políticos determinados (el sector político de Francisco, claro está).
En seguida, viene la acusación de confusión sobre las demandas levantadas. Esto lo dice argumentando que primero porque un “aumento del financiamiento público en educación superior” también lo piden los empresarios de la educación que presionan para que el Estado subsidie sus negocios con plata de todos los chilenos. Segundo porque exige “equidad en el acceso” sin decir nada concreto más allá de las propuestas que el Gobierno ya ha hecho suyas (los métodos complementarios). Y tercero, porque no se hace cargo del problema denunciado en nuestra última movilización, el endeudamiento.
Respecto al primero: ¿un empresario estaría de acuerdo con el fin efectivo al lucro, con democratizar todas las entidades de educación superior, con que el Estado aumente sustancialmente los aportes basales a las universidades estatales? Por supuesto que no estarían de acuerdo. Y dichas demandas se encuentran consignadas de manera clara en los documentos que ha sacado el CONFECh y es mentir decir que existe confusión ante una cuestión planteada de forma tan clara.
Respecto a lo segundo debo decir que la demanda es bastante clara: acceso con equidad, calidad, integración y heterogeneidad en la matrícula. Y dice algo concreto. Me parece irrisorio que se critique una propuesta por el mero hecho que el Gobierno ya la ha hecho suya. La política de propedéutico es una experiencia que ha demostrado ser exitosa y que ha sido difundida y analizada por una serie de sectores políticos. Posee la característica que es la única propuesta encima de la mesa que rompe en la U. de Chile la barrera de los 600 puntos. Además, no se puede criticar algo por el mero hecho que el Gobierno ya lo ha hecho suyo. Es decir exactamente lo mismo que si el Gobierno nos otorga nuestras demandas, éstas son malas porque el Gobierno nos las dio y el Gobierno es malo y las está haciendo suyas. Finalmente se espera, además, un poco más de propuestas. Si se va a criticar que no hay nada nuevo respecto a acceso ¿qué es lo nuevo que se propone respecto a acceso? Es más, aprovecho la instancia para preguntar por la participación de Francisco en la comisión de acceso de la Universidad de la cual forma parte.
Y lo tercero es completamente falso, pues el petitorio sí se hace cargo del problema del endeudamiento. En el segundo eje sobre el aumento del financiamiento público en Educación Superior se propone una reestructuración integral al sistema de becas en pos de terminar con el endeudamiento. ¿Cómo se puede ser tan falto a la verdad de insinuar que un punto no existe en un petitorio si existe de manera absolutamente explícita?, ¿creerá Francisco Figueroa que los estudiantes no leen los petitorios?
Luego insinúa que hay sectores políticos que están más preocupados de la negociación parlamentaria y que estarán felices con las respuestas que hará Piñera el 21 de mayo. Respecto a eso, quiero decir que efectivamente esperamos la respuesta del Presidente el 21 de mayo. Esperamos que se pronuncie a favor de las demandas que están planteadas y el movimiento estudiantil debe presionar y sumar para hacerse oír de mejor forma. Y los dirigentes preocupados de la negociación parlamentaria estamos abocados 100% a estas movilizaciones y generar un movimiento estudiantil real, no como las tomas de casa central dirigidas por el autonomismo, quienes las mantuvieron con menos de tres personas en ellas por el mero hecho de conseguir su acumulación política. Dicen por ahí que un ladrón cree que todos son de su misma condición y al hacer Francisco esa acusación tan grave y tan falta a la verdad, no hace más que evidenciar sus propias estrategias.
Quiero insistir, en función de los párrafos venideros, que el endeudamiento siempre se señaló como la expresión más concreta de los problemas estructurales que atraviesa la educación superior. Esa fue una discusión que ya tuvo el movimiento estudiantil y que debe, por cierto, seguir teniendo. Pero no se puede plantear, en función de dicha idea, situar como único elemento central el endeudamiento. No por nada cuando Loreto, presidenta del CECSO, reclama que el tema de endeudamiento ha pasado a segundo plano (por solo ser punto de un eje y no ser eje en sí mismo, pero estar de igual forma en el petitorio) es un Concejero FECh del grupo Centro Derecha Universitaria el que sale a defender su postura y hacer un llamado a abandonar las demandas históricas e ideológicas de siempre. En este permanente ir contra la corriente y criticar de forma odiosa y faltando a la verdad, hay una viva expresión de hacerle el juego a la derecha y frenar la movilización social.
Queda en evidencia absoluta el vacío del discurso, cuando al llegar el momento de hacer las propuestas y Francisco nos dice que pasando al plano propositivo, creo que de lo que se trata en definitiva es de que seamos nosotros los que propongamos. Esa sería la única forma de recuperar la educación pública.
Francisco está planteando que cuando una federación saca gente a la calle y profundiza las demandas instaladas para la próxima movilización, ésta abandona inmediatamente la razón por la cual ha llamado a movilizarse y solo se dedica a esperar que Piñera de soluciones a temas coyunturales, pues algunos de sus dirigentes están más interesados en la negociación parlamentaria del 2012. Como les decía al comienzo, el llamado de Francisco es un grito histérico para decir: se necesita una fuerza política estudiantil salvadora que nos rescate de los mismos que siempre han vendido a los estudiantes; hágannos caso a nosotros y no a ellos; ellos son malos, nosotros buenos; ellos nos venden, nosotros queremos proponer lo que tu realmente quieres proponer.
Lo que falta, nos dice en el inicio de su tercer apartado es un norte utópico con el cual guiar el movimiento. Nos habla de la riqueza de la educación, que ésta permitirá construir la igualdad social (frase que al menos creo yo es sumamente discutible y se está solamente tirando al voleo. Es cierto que la educación es un tema central pero pongo en duda si es la madre de todas las batallas, la cual sospecho yo, se encuentra en el control de la producción y la explotación de las riquezas naturales), entre otros lugares comunes.
Y después viene la propuesta. A largo plazo: educación como un derecho social universal y a corto plazo fin al endeudamiento y a la deserción. ¿Quién puede estar en contra de esa consigna? Pero a su vez, ¿en qué se diferencia con decir (por ejemplo y solo como en ejemplo) arancel diferenciado para apuntar hacia la gratuidad? O también, ¿cuáles son las diferencias entre la propuesta de Francisco con decir que la movilización tiene como elemento central la recuperación de la educación pública y que esto se expresa en tres ejes: nueva política de acceso, aumento del financiamiento público en educación y democratización? En definitiva ¿de dónde surge la acusación de confusión que acusa Francisco? Con todos los elementos falsos que posee su escrito queda la clara sensación que el único que quiere confundirnos es él.
Respecto al siguiente párrafo vuelve a surgir otra mentira descabellada. Insinuar que no existe una diferenciación respecto al accionar del Estado según Universidades, es una acusación absolutamente falsa. Incluso el Senado Universitario aprobó una propuesta de sistema, en absoluta concordancia con lo que se ha planteado en el CONFECh, en el cual se distingue Universidades Estatales (que reciben aportes basales directos), Universidades Colaboradoras del Estado (que reciben aportes fiscales mediante herramientas como convenios de desempeño o algunas ayudas estudiantiles y que deben cumplir una serie de requisitos entre los que cuentan fin efectivo al lucro y democratización de sus espacios) y Universidades privadas (que no recibirían aportes estatales). Esta diferenciación existe y va en la sintonía de lo planteado por otros actores de la educación, de lo que propuso la comisión de educación del Senado (y que se aprobó de manera unánime) en la cual había también participación de integrantes del grupo político de Francisco. Plantear reparos a esa propuesta de diferenciación del accionar del Estado sería de un oportunismo solo menor al hecho de plantear que dicha diferenciación no existe.
Estoy absolutamente de acuerdo con la propuesta de corto plazo para el financiamiento a las Universidades Estatales que propone Francisco. De hecho, gratuidad para los primero tres quintiles y pago según capacidad de pago para los últimos dos, se le conoce como el nombre de Arancel Diferenciado. Francisco quiere hacer suyas (y nuevas) las mismas propuestas que levantan hace varios años quienes pretenden, según él, movilizarse solo para negociar cupos parlamentarios.
Con respecto a las propuesta del mundo privado. Coincidir en que el fin al lucro se debe hacer extensivo a todo el sistema, pero lamentar que no se haga ningún tipo de análisis que permita diferenciar distintas Universidades privadas. Para Francisco la Universidad del Desarrollo y de los Andes, es igual a la de Concepción y, por qué no decirlo, de la Católica de Valparaíso. ¿Cómo autonomistas tienen las mismas propuestas en todas partes o varían según conveniencia? La interrogante queda claramente abierta.
Sobre el rol de la Universidad de Chile, además de no compartir el chovinismo de decir que la Chile por ser la Chile, creo que es importante reconocer mayores avances en cuanto al rol que se ha jugado como comunidad. La adhesión a la marcha del día 12 por parte del Senado Universitario es un ejemplo significativo que demuestra que nuestra comunidad va más allá de aparecer sólo con demandas corporativas, relativas al mejoramiento de su capacidad competitiva y no al mejoramiento de la educación en su conjunto.
El movimiento estudiantil justamente está logrando que la Universidad en su conjunto haga suyas sus demandas. Esto a diferencia, claro está, del año 2008 donde no hubo consejo de facultad que no hiciera público su rechazo al actuar de la FECh dirigida por Schüler y Zamorano. Lo que nos demanda Francisco es justamente lo que se está haciendo y lo que ellos no fueron capaces de hacer (pero fueron capaces de hacer exactamente lo contrario).
Con respecto a la propuesta de acceso que supuestamente está en la página web. Lamentablemente, pese a buscarla, no pude encontrarla así que no puedo opinar sobre ella. Tan solo decir que no me parece correcto esperar que todo el mundo ya hiciera propuestas, para tirar al final la suya. Más aun sabiendo que Francisco dejó de participar en la comisión de acceso creada por rectoría, de la cual forma parte, que tiene como fin permitir que al menos un 20% de la matrícula provenga de los quintiles más bajos, como medida de mediano plazo.
Las demandas relacionadas con los créditos están ya consignadas en los documentos del CONFECh y en el parlamento se firmó un proyecto de acuerdo, impulsado por la bancada del PC, para impulsar una ley que tenga como objetivo condonar deudas del FSCU. Nuevamente no es nada nuevo lo que nos propone Francisco.
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